Y UN DIA VOLVIERON

El baloncesto femenino culminó esta semana de manera brillante, a cancha llena y con un partido cambiante que emocionó a absolutamente todos los presentes en La Catedral del básquet paraguayo, el Luis Fernández del club Ciudad Nueva. El desenlace de ese juego ubicó al Club Félix Pérez Cardozo como monarca de esta rama, trono al que regresó luego de 38 años.

Y un día volvieron. No fue fácil, el contexto no era para nada alentador. A medida que pasaban los meses parecía lejana la posibilidad de la realización de un campeonato y todo indicaba que veríamos canchas vacías nuevamente en este año 2021. Sin embargo, la esperanza rondaba en los corazones de un grupo de valientes protagonistas que, alentados por las ganas demostradas por las (también valientes) chicas, se animaron a solventar y sostener un torneo que al final fue espectacular.

Y decimos valientes sin miedo a equivocarnos; desde los dirigentes de la CPB, pasando por sus pares en los respectivos clubes participantes y culminando con las jugadoras y todos los cuerpos técnicos. Materializar un certamen en plena pandemia, y nada más que una Liga Nacional, era una tarea complicada y lo lograron. Lo lograron con todas las luces y el color que brinda el femenino regalándonos partidos intensos y atractivos, con veteranas de mil batallas dando muestras de vigencia y caras nuevas interesantes quienes, en un futuro no muy lejano, tomarán la posta dejada por las primeras.

Para aumentar aún más los motivos de festejos por el desarrollo del torneo, la serie final por el título del mismo no pudo ser mejor. Con el respeto que se merece el Club Olimpia, el más ganador en esta rama, encontrar en el duelo por el cetro a Félix Pérez y Ciudad Nueva fue realmente emocionante. Dos instituciones puramente basquetbolísticas y con tradición en esta rama; el rojo de Villa Morra por ser el único que hilvanó ocho conquistas consecutivas y el conjunto de la banda roja por ser el claro dominador en la década del 50 de la mano de la inmortal Edith Nunes.

Estos encuentros tuvieron de todo. El primero con un resultado mentiroso, luego de una etapa inicial apasionante, y el segundo con un final de película. Ambos a estadio lleno y con un show ajeno al juego en sí que atrae a los espectadores, una deuda pendiente en la rama masculina.

Pero eso es solamente hablando de las finales. Además de los equipos que pelearon por el título, también observamos al Olimpia y a Everest de Ciudad del Este, dos quintetos que bien podrían haber llegado a la serie final, por lo parejo que se presentó el torneo.

En conclusión, vimos un certamen de esos que dan gusto, utilizando una frase bien coloquial y paraguaya. Con niveles parecidos en todos los participantes y sin candidato o favorito firme a levantar el trofeo de campeón. Al final el que lo hizo fue Félix Pérez, un premio a la constancia y al proceso de formar jugadoras desde inferiores hasta llevarlas a lo más alto.

Para cerrar, vale la pena también destacar la labor y la gestión de las autoridades de la Confederación que, a pesar de las dificultades, lograron armar un campeonato intenso y parejo incluso con un equipo del interior del país. Deseamos que sea el comienzo de algo grande y duradero con más instituciones de tierra adentro y de capital peleando por alzarse con el título del certamen.

Y un día volvió el básquet femenino… con ese brillo que le caracteriza, el talento que conocemos y la felicidad que contagia a propios y extraños.

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