El tenis paraguayo vive horas de gloria singular: por un lado, el inédito ascenso de Daniel Vallejo al más alto sitial mundial de los juniors y por otra parte el subcampeonato del team U16 en el sudamericano de Tucumán, Argentina con la consecuente clasificación para el mundial de la división.
Este encumbramiento no es una situación casual, sino causal. Hay razones que llevaron a este suceso: es la suma de planificación inteligente y trabajo perseverante. Es el resultado de lo que nos cuesta tanto llevar adelante en nuestro deporte paraguayo y se llama PROCESO, con la capacidad de resiliencia para no desmayar ante los escollos y derrotas, que por supuesto no pueden faltar en todo operativo a largo aliento.
Esto no comenzó este año, sino hace una década, cuando estos chicos todavia estaban con el biberón tenistico y con mucho esfuerzo de la dirigencia, sabiamente encabezada por el doctor Julio Ferrari, estuvieron presentes en cuanta competencia internacional se cumplia, sin importar los costos y los sacrificios que habia que realizar para llegar a esta meta que dia a dia fue dejando de ser una quimera hasta convertirse hoy en la más grata realidad.
Primero fue el team encabezado por Dani Vallejo, Martin Vergara y Lucas Britez Risso, con la capitanía de Gustavo Ramirez, que alcanzó el cetro continental en Santiago de Chile en agosto de 2019. Hoy son Thiago Drozdowski, Alex Santino Nuñez y Santiago Enriquez, bajo la batuta de Claudio Coronel, los laureados subcampeones continentales e igualmente clasificados para la Junior Davis Cup (el mundial de la categoria). Uno de los integrantes del primero de estos grupos, hoy ya empieza a crecer en el campo rentado y en el proximo USOpen Juvenil, que cerrarà el Gran Slam Junior ITF 2022, aparecerà incluso como numero 1 mundial, un sitial que ni el emblemático deportista del Bicentenario, Victor Manuel Pecci y su más destacado sucesor, Ramón Delgado pudieron conquistar.
El propio presidente de la APT lo reconoce y valora el sacrificio del grupo que lidera al afrontar “el desafío de tener varios chicos en alta competencia y transición al profesionalismo”. Destaca asimismo el aporte del interior, con dos jugadores de Obligado, Itapua (Drozdowski y Enriquez), que desde hace seis años viajan los fines de semana 700 km para jugar torneos y un chico de apenas 14 años llegado hace 10 meses de Clorinda con el sueño de ser tenista, los tres viviendo parcialmente entre el COP y casa de algún familiar (solos), hoy hijastros-ahijados en el afecto de Larissa Schaerer, y entrenando diariamente en el programa de alto rendimiento de la APT-COP-SND con Víctor Pecci y el Profesor Alfredo De Brix”.
El doctor Ferrari en un mensaje a sus compañeros de directiva resaltó con satisfacción: “Brindo con ustedes porque sé que cada uno de ustedes tiene una historia de sacrificio similar y no siempre logramos alguna satisfacción. Fuerte abrazo a todos y a seguir confiando en los procesos Juntos”.
Admirable desde el angulo que se lo mire. Y también el sacrifico de padres y familiares, que no escatiman esfuerzos y renunciamientos para que la ilusión de triunfar en el deporte que atesoran sus hijos, sea posible.
No tendremos la infraestructura de los gigantes de America, pero sobra materia prima para encaminarla hacia estos resultados, que no vienen solos, sino con el sabio acompañamiento y conducción de cabezas directrices pensantes que sepan tener la paciencia que falta a quienes destruyen procesos antes de consolidarlos. El tenis es un edificante ejemplo a seguir.
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