#TBT – EL KO QUE CELEBRÉ CON GRITO DE GOL

Escribe: PEDRO GARCIA GAROZZO

Hoy, 4 de enero, se cumplen 58 años de la primera victoria de la temporada 1963 del entonces ya consagrado pugilista paraguayo Valentin Galeano “Kid” Pascualito. Fue en el estadio Comuneros de Asunción. El desenlace fue un contundente KO en el 6º round sobre el titular boliviano Jorge Blacut.

En el libro de anécdotas que publicamos con Editorial El Lector “Pobre pero Divertido”, describí aquella singular y bochornosa experiencia, vivida en tiempos en que todavía era un flamante adolescente de 14 años, que acababa de postergar su carrera como comúnicador radial, iniciada días antes en diciembre de 1962, por el tono de voz extramadamente fino y nada varonil.

TRANSCRIPCION del capitulo “Gol de Pascualito”

Mi padre me llevaba a cuanto espectáculo deportivo había, menos al boxeo. Me decía que NO era para niños y que ya iba a llegar el momento oportuno para hacerlo, cuando tuviera la edad apropiada para asistir a esas veladas.

Tal vez se adelantó el tiempo de mi concurrencia a tales espectáculos, cuando coincidentemente una noche tuvo Papá que transmitir fútbol primero y boxeo después. No había entonces tantos relatores como para poder realizar una cobertura simultánea, y quien en el Comuneros informaba para la radio durante la narración balompédica, no estaba en condiciones de hacer la descripción de la pelea.Fue menester por tanto que mi padre “volara” literalmente del “Adriano Irala” de Cerro Porteño al desaparecido estadio de la entonces Federación Paraguaya de Básquetbol, y tomara el micrófono justo al filo del arranque del combate entre Rosalino Barrera, campeón paraguayo y José Domingo Villalba, que no fue por título sino por la bolsa. Fue la primera vez que tuve la ocasión de asistir a un combate. Después ya no falté a ninguno que transmitió Papá.

Tampoco olvido el primer KO que me cupo ver. Fue en una competencia de las tantas del histórico Comuneros que tuvieron como protagonista estelar a Kid Pascualito. Con una tremenda trompada, lo puso en la lona por toda la cuenta al boliviano Blacut. Yo ni bien se produjo el impacto di un gran salto y con el puño cerrado exclamé a todo pulmón: “Goooool!!!”. No hace falta abundar consideraciones acerca de las carcajadas de cuantos estaban cerca de mí en el ring side y se percateron del peculiar modo de exteriorizar mi alegría. Era la costumbre de un asiduo observador de futbol y todavía desacostumbrado aficionado al boxeo.

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