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Mirábamos días atrás el partido entre Perú e Italia en el Mundial España 82. La televisión nacional con una prolongada para del torneo local y la inactividad en todas las disciplinas, ha decidido sacar del baúl de los recuerdos eventos de antaño. Analizar el juego, rendimiento de jugadores, estrategia empleada, quizás después de casi 40 años podría ser una vía atractiva que, por cierto, respetamos. Nosotros vamos por la otra.
Un hecho que nos llamó la atención fue la nula organización de la barra peruana. No sólo había escasa cantidad de hinchas compatriotas, los pocos no estaban haciendo un solo puño. Todo lo contrario de aquello que se vivió en la Copa del Mundo en Rusia donde nuestra presencia en graderías ganó los mejores elogios y fue hasta distinguida por la FIFA como la barra más organizada y festiva.
Los entrenadores Tim de Perú y Bearzot de Italia con sendos cigarrillos en pleno cotejo, además los fotógrafos o reporteros gráficos como les gusta que los llamen, también disfrutando el tabaco de tanto en tanto. Eso hoy no podría suceder porque está totalmente proscrito. Inimaginable que alguien fume incluso en un vestuario. Punto bueno para la FIFA. Tim junto a Luis Zacarías y Ramón Mifflin así como Enzo Bearzot no tenían zona técnica delante de sus butacas. Levantarse y acercarse para dar indicaciones un imposible. Solo gritando a ver si sus pupilos los escuchaban.
Medias abajo, camisetas fuera del short, pelotas de pie devueltas a los goleros, tablillas artesanales para los cambios, desconocimiento del público en torno al tiempo de compensación, short del mismo color de los dos litigantes, camisetas sin nombres o apellidos, en fin, tantos detalles que hoy no subsisten en el más popular de los deportes.
